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HOLA! :3

Si estás aquí porque viniste del link de mi antiguo blog, bien hecho! Si no es así y eres un fan sonAmy y baga por el ordenador en busca de historias, te recomiendo este blog! Y el antiguo, claro, para que sepas de que va todo esto...
Link de mi antiguo blog:
https://historiassonamykawaii.blogspot.com
Bueno, yo soy Amy Rose! :3
Sonic: Yo soy Sonic The Hedgehog!
Ambos: Y.... besitooooos!!!

martes, 13 de septiembre de 2016

El comienzo de un gran amor capítulo 1: vagabundos

Qué cómo nos conocimos? Bueno... Yo era un pequeño niño de aproximadamente 3 años. Era una noche fría y lluviosa en la que mis padres, Bernadette y Jules, estábamos caminando hacia no me acuerdo dónde. Pasando al lado de el típico callejón oscuro, escuchamos un llanto. Yo fui a ver qué era aquel extraño ruido. No se veía nada, así que, asustado, volví y le di mi mano a mi madre para que me siguiera. Llegué al ruido. Yo, con lo bajo que era, solo alcanzaba a ver una caja que lloraba. Mi madre se aproximó a la caja. Abrió sus ojos con sorpresa. Que qué vio? Fácil. Una niña muy pequeña. De unos 9 meses. Yo me quedé escuchando el llanto de aquella niña. El llanto no era el típico de un niño pequeño... este era un... quejido... Mi padre vino. Miró el interior de la caja y me levantó hasta esta para ver a ese precioso ser. Vi como esa cosa tan pequeña estaba temblando de frío a causa de la lluvia y el viento. Solo tenía un mísero peto encima. El típico peto que le pones a un bebé. En una parte de la caja, ponía "take care". O, básicamente, "cuídala". Miré a mi madre con ojos tiernos. Y ella, con pena, negó con su cabeza. Nos fuimos y me quedé mirando aquel callejón durante todo el trayecto a pie. Pasaron varios minutos. Mis padres me dieron las buenas noches y se fueron a dormir. Esperé a que cerraran del todo la puerta y, aunque tardé, salí de mi cuna (sí, mis padres me obligaban a seguir con la cuna), cogí una manta y me fui a aquel callejón corriendo como si me fuera la vida en ello. Llegué en unas décimas de segundo. Arropé a aquella pequeña y volví a casa. Nadie me escuchó ya que entré y salí por la ventana. Dejé a la niña en mi cuna y me dormí a su lado. Abrazándola como si fuera mi osito de peluche. Estuve un rato pensando en su nombre. Hasta que, justo antes de dormirme, susurré: "buenas noches, Amy" con mi voz de niño pequeño. Me dormí, pensando en cómo me la había encontrado. Tiritando, con frío, quejándose... Y ahora... Estaba durmiendo plácidamente. No se quejaba, no lloraba...

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