El comienzo de un gran amor Capítulo 3: Los problemas van a más

Me desperté sobre las 8 de la mañana. Noté algo debajo de mí y me aparté. Era Amy. La aplasté ^^* La abrazé con cuidado. Escuché unos pasos. Cada vez estaban más cerca. Dejé a Amy de nuevo entre las sábanas y vi como mis padres entraban. Les pedí de inmediato un biberón aguantando las ganas de sonrojarme por completo. Mis padres se miraron mutuamente y se fueron sorprendidos. Suspiré y me tiré a la cuna. Saqué a Amy de entre las sábanas y acaricié su tripa. El peto era muy suave, pero seguía mojado. Fue entonces cuando escuché a la pobre chiquilla estornudar. Fue el estornudo más tierno que había escuchado en mi vida. Salí como pude de mi cuna y cogí una toalla. Volví a subir y sequé a Amy. Necesitaba ayuda ya que no podía cambiarle el peto y menos aún sabiendo que podría haber estado como unos 6 o 7 meses en esa caja (lo cual sería extraño ya que seguía viva). Escuché que de ns padres entraban a mi cuarto y tapé corriendo a Amy. Me dieron el biberón y lo cogí. Entonces, volví a preguntar: "y... Puedes hacerme un chilly dog??". Mis padres abrieron los ojos bastante. Y entonces me preguntaron: " para qué necesitabas entonces el biberón?? ". Busqué una salida para aquella pregunta. Hasta que salió una idea a la luz. Vi que uno de mis peluches favoritos, don cacahuete (mi madre, que tiene mucha imaginación -.-), estaba en una balda. Entonces dije: " esto.... El biberón era.... Pa-para... Don cacahuete " con la voz más inocente que pude. Ambos me miraron extrañados. Pero, como sabían que suelo hacer estas cosas de niño travieso (y pequeño, muy pequeño), me "pasaron" el "castigo". De fueron y saqué a Amy de su escondite. Y, justo cuando iba a darle el biberón que mis padres trajeron, la eriza abrió sus ojos. Pude ver esos maravillosos ojos jade. Abrí mis ojos con sorpresa y me mantuve callado hasta que hiciera ella algo. Y en ese instante bostezó. Me tenía al borde de la locura, pero yo lo negaba. Me dispuse a abrazarla pero movió un poco sus brazos. Me aparté un poco para dejar que ella se estirara y la volví a abrazar. Loco de amor por aquella preciosidad de ojos jade.