Llevamos a cabo mi plan y conseguimos salir. Nos dimos un abrazo de grupo como si nos fuera la vida en ellos. Entonces, al día siguiente, fuimos al taller de Tails, donde nos solíamos reunir. Cuando llamamos, nos escondimos. Un no tan joven zorro abrió la puerta. Miró a ambos lados y no vio a nadie. entonces aparecimos. El zorro, asustado, pegó un pequeño brinco. Entonces, se asombró al ver que éramos nosotros. Se puso a llorar de felicidad y llamó a todos. Estaban todos. no faltaba nadie. todos llorando. pero.... había alguien que lloraba como nadie. Ese era Sonic. La persona que os conté al principio. No solo estaba llorando, si no que no sabía como actuar, qué decir... simplemente se acercó y dejó que su cuerpo tomase las riendas.
Sonic: *se separa* te he echado de menos hermosa...
Yo: y yo a ti *llorando*
Sonic: *me seca las lágrimas* ya está...
Yo: No era cu-culpable *me escondo en el hombro de Sonic llorando*
Sonic: ya lo sé...
Tails: todos lo sabemos Amy...
Sonic: ya está... no ha pasado nada...
Yo: Te amo! *le abrazo*
Sonic: Y yo a ti preciosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario